
Promoviendo la agroecología y el desarrollo económico local, mujeres y hombres productores de El Quiché y Quetzaltenango se embarcan en procesos de certificación participativa. Mediante el Sistema Participativo de Garantías (SPG) de la red Comparte, una herramienta colectiva que resalta el desarrollo alternativo, se está gestando una revolución en la forma de abordar la producción.
Los objetivos de esta iniciativa son claros y ambiciosos:
1. Vincular actores y valor: Fortaleciendo cadenas de valor en productos y servicios arraigados en los territorios y orientados al desarrollo sostenible.
2. Circuitos equitativos: Fomentar circuitos de comercialización bajo principios de equidad y justicia, a nivel local, regional e internacional.
3. Empoderamiento a través del conocimiento: Proporcionar información y conocimiento para mejorar los ciclos económicos de los productos y servicios COMPARTE.

Trabajo en Acción en el Campo
Joaquín Guzmán, acompañante de agroecología en la Asociación Comunitaria ASERJUS, comenta que están llevando a cabo proyectos en parcelas agroecológicas en Cantel, Quetzaltenango, donde han implementado diversas prácticas.
El proceso de certificación, aclaró Guzmán, no implica costos. Es un sistema que depende de la comprensión y participación activa de los productores y promotores. Comienza con la presentación de una solicitud y sigue con visitas a las parcelas para diseñar estrategias de mejora, como la incorporación de sistemas de cosecha de agua o la inclusión de plantas medicinales.
El proceso culmina con la certificación y la identificación de las parcelas a través de mantas vinílicas con el sello de garantía. Los productores reciben un diploma como reconocimiento por sus esfuerzos en promover la soberanía alimentaria, la biodiversidad y el uso responsable de recursos.
Una transformación colaborativa
En Cantel, se colabora estrechamente con el Movimiento Ciudadano Cantelense (MCC), una iniciativa que nació de organizaciones comunitarias y sociales. Esta alianza busca fomentar la participación ciudadana en múltiples niveles para asegurar el cumplimiento de los derechos humanos en el municipio.
La certificación agroecológica no es solo un proceso, es un compromiso con un futuro más justo y sostenible. A medida que mujeres y hombres productores se unen para promover prácticas respetuosas con el entorno y socialmente responsables, se abre un camino lleno de posibilidades. Desde la parcela hasta la comunidad, esta iniciativa demuestra que la colaboración y la dedicación pueden transformar la manera en que producimos y vivimos.
Con cada sello de garantía que se coloca en las parcelas, se está construyendo un puente hacia un futuro donde la soberanía alimentaria, la equidad y la responsabilidad ecológica son los pilares que sostienen las comunidades de Guatemala.
