
En noviembre de 2020, el paso de las tormentas ETA e IOTA causaron graves daños en el área Norte de Guatemala, especialmente en Alta Verapaz, Izabal, El Quiché, Huehuetenango, Zacapa y Chiquimula.
En El Quiché, la comunidad Palop, del municipio de Nebaj sufrió pérdidas humanas y daños en su infraestructura. También pérdidas de cosechas de granos básicos como maíz, frijol y chilacayote, que afectaron la seguridad alimentaria de cientos de familias.
“El paso de las tormentas en nuestra comunidad dejó a ocho integrantes de una familia fallecidos, solo pudimos encontrar seis cuerpos; y los otros dos nunca aparecieron”, cuenta Domingo Cobo Pérez, vicepresidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de Palop.
Domingo recuerda que todos tuvieron que salir de la comunidad y buscar refugio en aldeas cercanas, y después de un mes empezaron a volver a sus hogares. “Luego del desastre, nos organizamos y empezamos a trabajar con toda la comunidad, recaudamos dinero y reconstruimos algunas áreas afectadas, como puentes indispensables para ingresar a Palop”.
El líder comunitario resalta que en ningún momento recibieron apoyo de las autoridades locales, y que han salido adelante gracias a la organización comunitaria, la buena voluntad de los vecinos de Palop, y el respaldo de sus compañeros de la Asociación Vitostish, y de la Asociación de Servicios Comunitarios de Salud (ASECSA).
“Después del paso de las tormentas, ASECSA nos envió víveres, materiales de limpieza, filtros, y, sobre todo, enviaron médicos para que nos dieran consultas y medicamentos. Después enviaron psicólogos para atender a quienes sufrieron traumas y daños por la tragedia”, señala Cobo.
En Palop, se desarrolló un micro proyecto para que los comunitarios conocieran los puntos de riesgo de la comunidad, en qué sitios refugiarse ante catástrofes naturales, y cómo responder ante posibles emergencias, con el propósito de reducir riesgos y evitar pérdidas humanas.
Fortalecer la organización comunitaria es clave para mitigar, prevenir y responder a las emergencias, tomando en cuenta la dignidad, los derechos y necesidades de las poblaciones afectadas por los desastres.